lunes, 27 de agosto de 2012

Cabezones varios

Cuando la indecisión de la gente supera estos límites, yo me pregunto: "Qué harán cuando quieran comprarse un piso, un coche u otra cosa de valor?"

Hubo una chica que pedía alcohol de romero, pero lo quería de una determinada marca. Yo le expliqué que el que tenía allí era de otra marca pero tenía el mismo porcentaje... 

La tía erre que erre, que ella quería la otra marca, porque: "ay, el bote que me dices parece que tenga menos, se ha evaporado" (no, no se ha evaporado, lo he abierto, usado y después rellenado... no te digo...)   Así que nada, manías no las cura nadie, quieres alcohol de romero X pues, tranquila, lo tendrás... 

Otros, en cambio, te explican lo que les ocurre, y cuando les vas a dar algo, te dicen ay!, pero es que yo quiero esto, y tu piensas, vamos a ver, lo que quieres no te va a hacer nada para lo que tienes... pero ellos siguen y siguen pensando que un supositorio de glicerina te va a bajar la fiebre y por más que les expliques que no... ellos ahí, encabezonados...  

Al final, acabas cediendo, y si quieren un supositorio de glicerina, pues se lo daasss... y punto... 

Y yo me pregunto: "No sería más fácil decir directamente lo que uno quiere?"




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